Tres Vidas y Cuatro Leyes
Romanos 7: 7
“…Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado?
En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco
conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás…”
Romanos 8: 4
“…para que la justicia de la ley se
cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al
Espíritu…”
Si deseamos conocer claramente
nuestra vida interior y tener más que victoria sobre el pecado, necesitamos
entender a fondo estos principios básicos.
1.1 Hay Tres Clases de Vida que Coexisten en una Misma Persona
A.
Hay tres clases de vidas que coexisten en cada
persona nacida de nuevo, estas son
·
La vida humana
·
La vida de Dios
·
La vida del mal
B.
La vida humana la hemos obtenido mediante la
creación
Génesis
2: 7
“…Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la
tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser
viviente…”
C.
La vida de Dios la hemos obtenido mediante el nuevo
nacimiento
Juan
3: 36
“El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el
que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre
él…”
1ª
Juan 5: 12
“…El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al
Hijo de Dios no tiene la vida…”
D.
La vida del mal la hemos obtenido mediante la caída
Romanos
7: 18-20
“…Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el
bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. Porque
no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si
hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí…”
E.
La palabra pecado se refiere a la vida de Satanás
1.2 Cada Hombre es una Miniatura del Huerto
del Edén
A.
En Génesis capítulo uno vemos el siguiente cuadro
·
Dios sopló en la nariz del hombre vida humana
creada, esto es la vida humana
·
Dios puso en
medio del huerto el árbol de la vida, esto es la vida divina
·
Dios puso en el huerto el árbol de la ciencia del
bien y del mal, esto es la vida satánica
B.
Aquel día en el huerto del Edén, Dios delineó el
universo con estas tres vidas
C.
Podríamos decir que el hombre es un verdadero campo
de batalla, en donde Dios a través de un gigantesco operativo, pretende
recuperar al hombre, para llevar a cabo su plan
D.
Por otro lado Satanás quiere mantener al hombre secuestrado,
para perpetrar su deseo maligno
E.
Dios usa su propia vida y Satanás la suya para
ganar al hombre
1.3 La Ubicación de estas Tres Vidas
A.
La vida humana que hemos obtenido mediante la
creación, se encuentra ubicada en el alma del hombre
Génesis 2: 7
“...Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su
nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente...”
B.
La vida de Dios que hemos obtenido mediante el
nuevo nacimiento, se encuentra en nuestro espíritu
1ª
Corintios 3: 16
“… ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el
Espíritu de Dios mora en vosotros?...”
1ª
Corintios 6: 17
“…Pero el
que se une al Señor, un espíritu es con él. …”
C.
La vida de Satanás
la hemos obtenido mediante la caída y fue alojada en el cuerpo del
hombre
Conclusión
Debemos
recordar que cada vida tiene una ley de vida o ley innata, que le habilita para
hacer lo que es en forma natural, es decir, que cada vida, tiene una ley de
vida, que será tan fuerte como la vida que la produce. Digamos entonces, que la
vida humana es débil, la vida de Satanás es fuerte, pero la vida de Dios es
toda poderosa.
1.4 Las Cuatro Leyes
Romanos 7: 22-25
“…Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de
Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la
ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está
en mis miembros. ¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de
muerte? Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo
mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley
del pecado…”
Romanos 8: 2
“...Porque la ley del Espíritu de
vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte...”
A.
Aquí son
mencionadas las cuatro leyes
·
La ley de Dios (ley de Moisés)
·
La ley de mi mente
·
La ley del pecado
·
La del Espíritu de vida
B.
Definición, naturaleza y función de estas cuatro
leyes
1.
La ley de Dios o de Moisés contiene los
·
estatutos de Dios escritos en la piedra, fuera del
hombre
·
Revela lo que Dios aprueba y desaprueba
·
Nos capacita solo para saber lo que Dios condena y
lo que justifica, pero no nos capacita
para realizarlas
· El no estar bajo esta ley, es la única razón
por la cual el pecado no se enseñoreará de nosotros
Romanos
6: 14
“…Porque el pecado
no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia…”
Gálatas 3: 13
“…Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por
nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un
madero)…”
2.
La ley de mi mente
Romanos 7: 23-25
“…pero veo
otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que
me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. ¡Miserable
de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte? Gracias doy a Dios, por
Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de
Dios, mas con la carne a la ley del pecado…”
·
Esta ley nos induce a hacer el bien, y corresponde
exactamente a la naturaleza de la ley de Moisés
·
Esta ley crea en nuestra mente el deseo de hacer el
bien
Romanos
7: 25
“…Gracias
doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo
a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado…”
·
Naturalmente deseamos hacer el bien, honrara a los
padres, cuidar los hijos, ayudar a los amigos y a los pobres
·
Esta ley la traemos al nacer
Romanos 7: 15-19,21
“…Porque
lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco,
eso hago. Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. De manera
que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí. Y yo
sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien
está en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el
mal que no quiero, eso hago…Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta
ley: que el mal está en mí…”
·
En la ley de la mente tenemos solo el deseo de
hacer el bien, pero no la habilidad para lograrlo, pues esa habilidad la
tenemos en nuestro espíritu
·
Cuando Dios creó al hombre, dijo que era bueno en
gran manera
Génesis 1: 31
“…Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era
bueno en gran manera…”
·
Luego el
hombre cayó, pero no perdió toda esa bondad, algo de esa bondad quedó en
él
·
Esta parte de la bondad que el hombre retuvo en la
caída, Pablo le llama la ley de la mente
3.
La ley del pecado que está en mis miembros
Romanos 7: 23
“…pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra
la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está
en mis miembros…”
·
Pecado con mayúscula, significa que ha sido
personificado y que es único, es otro nombre para Satanás
·
El pecado nos hace pecar, puede reinar sobre
nosotros, tener dominio, esclavizarnos y morar en nosotros
Romanos
7: 14, 17-21, 23, 25
“…Porque
sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al
pecado…De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora
en mí. Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el
querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso
hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que
mora en mí. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal
está en mí…Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo
con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del
pecado…”
·
Esta ley se deriva de la vida maligna que está
atrincherada en nuestra carne
·
Nos hace pecar, por que es una ley de pecado
·
Esta ley se vale de nuestra carne, como su
herramienta de exhibición
·
Cuando la mente quiere hacer el bien, esta ley se
levanta para llevarnos cautivos
·
No pecamos por que queremos, sino por causa del
pecado que nos cautiva
·
Pablo dice: veo otra ley en mis miembros que se revela
o está en guerra
·
La batalla interior es la siguiente, la ley del
bien está en mi mente, la ley del pecado está en mis miembros y la ley de vida,
está en mi espíritu.
4.
La ley de vida
la desarrollaremos con detalles más adelante, ahora solo diremos, que la
vida de Dios, siendo la clase más alta de vida, ha sido impartida en
nuestro espíritu
Colosenses 3: 4.
“…Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste,
entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria…”
Su vida trae
consigo todo lo innato de Dios, vale decir, que hemos recibido el conocimiento
y la habilidad de Dios para vencer el pecado. En la mente, tenemos el deseo de
agradar a Dios, pero en nuestro espíritu tenemos la habilidad para lograrlo
·
La gran noticia del evangelio, no es un cambio de
vida, sino un intercambio de vida
Gálatas 2: 20
“…Con
Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo
en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios,
el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí…”
·
Dios nos dice, dame tu vida que es incapaz y yo te
doy la mía, que es todo suficiente
·
El evangelio de Dios, está diseñado para hacer que
tu no vivas, sino, que Él viva
·
El mensaje que te hace vivir a ti es nueva era
1.5
Razón Versus Concupiscencias
A.
¿Qué es la razón? Es el elemento
interior que nos impulsa a hacer el bien
y es inherente a nuestra vida humana creada, mientras que la
concupiscencia es el pecado que mora en nuestro cuerpo caído
1ª Corintios 15: 50
“…Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el
reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción...”
B. Podemos decir
que la persona con un intelecto fuerte (razón) tiene más capacidad de hacer el bien, que una persona
dominada por sus pasiones
C.
Podemos decir también, que todo el bien que un
hombre natural hace, proviene de su razón intelecto o mente
D.
Mientras que todo el mal que hace un hombre, es
producto de la concupiscencia que habita en sus miembros
Santiago
1: 14-15
“…sino
que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y
seducido. Sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es
atraído y seducido…”
Nota:
Concupiscencia en griego es
Epithunia, significando un intenso deseo de cualquier tipo
Romanos 6: 12
“…No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de
modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias…”
1ª Juan 2: 15-17
“…No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si
alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que
hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos,
y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el
mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece
para siempre…”
Gálatas 5: 16
“…Digo,
pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne…”
1.6 Diferencia entre la Vida y el Bien
A. Según la
Biblia, la vida y el bien, son dos cosas distintas
B.
La vida Zoe de Dios, es la naturaleza de la vida de
Dios
C.
Mientras que el bien es la naturaleza de la vida
del Hombre
D.
Esto está ilustrado claramente en los dos árboles
del huerto. El árbol del conocimiento está relacionado con cuatro cosas:
·
Conocimiento
·
Bien
·
Mal
·
Muerte
E. En este árbol
no se encuentra la vida, entendiéndose de esta forma que la vida de Dios es
independiente y ajena al conocimiento, al bien, al mal y a la muerte.
Por ejemplo: tu puedes llevarle a un
hombre información de lo que es bueno y malo y no llevarle la vida. La vida del
creyente no es superación personal, sino crecimiento en vida
F. Existen dos
tipos de bien
·
El bien de Dios
·
El bien del hombre
G.
El bien de Dios contiene la naturaleza de Dios, por que procede de la vida de
Dios
H.
El bien del hombre, procede de la vida del hombre y solo contiene comportamiento
y no vida divina
Mateo
12: 35
“…El hombre
bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal
tesoro saca malas cosas…”
Romanos
7: 18-19, 21
“…Y yo sé que
en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en
mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que
no quiero, eso hago…Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el
mal está en mí…”
Romanos
9: 11
“… (Pues no
habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de
Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que
llama)…”
A.
Este es el bien que expresamos por nuestras propias
vidas
B. El bien de
Dios es algo que no se origina en nosotros, pero que lo expresamos por medio de
nuestra vida
Efesios
2: 10
“…Porque
somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios
preparó de antemano para que anduviésemos en ellas…”
2ª
Corintios 4: 11
“…Porque
nosotros que vivimos, siempre estamos entregados a muerte por causa de Jesús,
para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal…”
1.7
Dos Guerras Diferentes (La de Romanos 7 y la
de Gálatas 5)
Gálatas
5: 16-18
“…Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los
deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del
Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo
que quisiereis. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley...”
A.
Hay dos niveles de guerra contra el pecado
·
La guerra de Romanos siete que se producen, entre
la mente y la carne, la tienen todos los hombres, incluyéndonos nosotros
·
Sin Embargo la Guerra de Gálatas cinco, que se da
en el plano de la carne y el espíritu recreado del hombre, es solo para nuevas
criaturas y comienza en el preciso momento cuando nacemos de nuevo
B.
La reforma llevada a cabo por el hombre para
cambiar al hombre, es diferente a la liberación del hombre llevada a cabo por
Dios
C.
He aquí cuatro declaraciones:
1. La reforma del
Hombre toma como materia prima, lo bueno que Dios puso originalmente en el
hombre. La liberación realizada por Dios, se produce en el hecho de que Él pone
su Espíritu en nosotros, es decir su propia vida
Gálatas 2: 20.
“…Con Cristo estoy juntamente crucificado,
y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo
vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí…”
Debido a esto, los métodos empleados son
absolutamente diferentes, de modo que la reforma del hombre, se lleva a cabo,
ejerciendo la fuerza humana, tratando nuestro cuerpo con rigor y subyugando las
pasiones, en tanto que, la liberación de Dios, se lleva a cabo, poniendo su
Espíritu en nuestro espíritu y lo vivifica
Jeremías
31: 33
“…Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos
días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo
seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo…”
Una obra de renovación comienza a
partir de nuestro espíritu renovado
2.
La liberación del hombre efectuada por Dios no hace
de nosotros, meramente hombres buenos, sino hombres portadores de su vida, no
es un cambio de vida, sino un intercambio de vida, la de El por la nuestra. Es
correcto entonces decir que hay solo tres clases de hombres en el universo,
·
Los hombres malos
·
Los hombres buenos
·
Los Dios-hombres
3. Debemos vivir
en Dios. Ya que el tema central de Juan 15, es “permaneced en mí y yo en vosotros”
Filipenses
1: 21.
“…Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia…”
Debe obedecer
el sentir interior de esa vida
1ª Juan 2: 27
…Pero
la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis
necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las
cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced
en él…”
4. La meta final
de esta liberación hecha por Dios en el hombre, es la unidad orgánica de Dios
con el hombre, esto es, vivir en comunión con Él y tocarlo con nuestro
espíritu, así experimentaremos la vida de Dios de un modo práctico. Si
conectamos con el sentir de Dios en nuestro interior, de modo práctico,
automáticamente podremos:
·
Ser librados del pecado
·
Hacer las buenas obras que no pudimos hacer antes
·
Cumplir la ley de Dios y expresar en nuestro vivir
la vida de Dios
Autor: Ps. Basilio Patiño
EXCELENTE MUY CORTO PERO BUENO
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